martes, 20 de octubre de 2015

EL OJO AZUL

Árida roca junto al mar, no habías
Tenido nunca un ser blando en tus vetas.
Sabías que existías por el golpe
Del mar, pero eras cosa muerta y ciega.

Un día te creció sobre la dura
Cabeza pétrea, un ojo azul: pequeña
Corola fue, que te vivió unas horas
Tímidamente, en una fértil grieta.

Aves, el cielo, el mar, así pudiste
Mirar un rato por la flor aquélla:
Ojillo azul, que al apagarse, a poco,
Ya te dejó de nuevo ciega y muerta.

La flor, que era una cosa blanda y tenue,
Tuvo piedad de ti, golpeada piedra,
Y ser muy dulce, te creció en el seno
A riesgo de morir, ¡para que vieras!

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