EL OJO AZUL
Árida roca junto al mar, no habías
Tenido nunca un ser blando en tus vetas.
Sabías que existías por el golpe
Del mar, pero eras cosa muerta y ciega.
Un día te creció sobre la dura
Cabeza pétrea, un ojo azul: pequeña
Corola fue, que te vivió unas horas
Tímidamente, en una fértil grieta.
Aves, el cielo, el mar, así pudiste
Mirar un rato por la flor aquélla:
Ojillo azul, que al apagarse, a poco,
Ya te dejó de nuevo ciega y muerta.
La flor, que era una cosa blanda y tenue,
Tuvo piedad de ti, golpeada piedra,
Y ser muy dulce, te creció en el seno
A riesgo de morir, ¡para que vieras!
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